spot_img
jueves, septiembre 25, 2025
InicioOpiniónTravesías...Confesiones de un pecador

Travesías…Confesiones de un pecador

- Publicidad -

Sobre la base de tres fundamentos básicos y prioritarios de la ley de Dios: versión 1: Dios primero sobre todo lo creado, versión 2: Sé empático. Cuida y protege a tu prójimo como si fueras tú mismo, y versión 3: Sé firme a los principios y al valor de la relación en pareja. Una declaración de normas y creencias doctrinales, además, de pensamientos y acciones que más de un mortal lo hace, lo intenta o, en su defecto, lo piensa.

Me inspiró a redactar el presente artículo por considerarlo de suma importancia para fortalecer los principios básicos de convivencia familiar como célula de la sociedad.«…Caminaba erguido, arrogante, con aires de tranquilidad. Fiel a carta cabal. Se ufana ser el típico hombre claro y correcto que no tiene «cartas» debajo de la manga, cuando interactúa con amigos de su entorno…».

¡Qué equivocado estaba este hombre frente a los ojos de Dios! Y……frente a «cuentos de barra…».
Luego de horas de trasnocho y de libar unos cuantos tragos…¡La rosa que le faltaba al ramo! Aquel hombre de negro y con sombrero de tres picos, bajo síntomas de depresivos severos, confiesa uno de los desmanes causados, inentendible para muchos. Era insistir en quitarse la vida. Reiterativo, por demás.

Todo transcurría en medio de una andanada de tormentos; sin embargo, tuvo la osadía de confirmar su legado en vida como limpio. Desde aquel instante, y en medio de tanta angustia, un destello de inteligencia espiritual dio inicio en él, una especie de examen de conciencia sobre qué diría Dios de su comportamiento.

Fue mágico. Comenzó a reflexionar sobre la palabra de Dios. Primer y segundo mandamiento. Analizó los momentos en que ofendió de palabra cruel con su padre fallecido, malvado con su propia vida, la aborrece, pecador reiterado con su entorno familiar. Es reiterativo su pensamiento en una actitud hacia la infidelidad. Reconoce este hombre, Señor. En nombre de tu hijo Jesucristo, que es pecador reincidente de pensamiento, palabras y también de obras.

Manifiesta que solo, no puede cambiar. «Tú eres el Dios vivo», manifestaba. «Solo tú tienes el poder de transformar mi vida». Además de advertir, sentir temor, cree que tú existes, pero existe algo en su «corazón» que no identifica, que evita conectarse con tu gracia.

Y finalizando, ruega al creador, barrer de su alma y espíritu todo aquello que no sea de su agrado para disfrutar de las maravillas de su misericordia. Esto refleja abrazar un desafío constante, un reto a superar y no considerar verlo como un problema que evita avanzar. Evaluemos: ¿Realmente somos transparentes o nos quedamos en el intento? Hasta otra Travesía…

Leer también: Lo sé…pero no lo aplico

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Últimas entradas

lo más leído

TE PUEDE INTERESAR