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martes, agosto 26, 2025
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William López…Aquel Sermón en La MontañaW

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En el Sermón de La Montaña podemos observar lo que muchos llaman las bases del cristianismo. En su valioso contenido, están las bienaventuranzas. Aquí, el carpintero de Nazaret exteriorizó sus concepciones que no son otras que las de su Padre. Es decir, Dios. Este sermón, se pronunció en la ladera de una montaña, ante una gran multitud que seguía a Jesús.

Hay un aspecto de este mensaje universal y eterno que siempre me ha llamado la atención. Ese aspecto es la justicia. Jesús nos dice: “… Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán saciados”. Aquí llegamos al tema que deseo tratar, quien tiene hambre y sed de justicia, ¡será saciado!

En los primeros días de agosto, cumplió años Dignora Hernández, hija de mi amigo Trino Hernández (QEPD), ambos guameños. Es decir, nos une nuestra patria chica, nuestras costumbres, nuestras realidades y también…, los sueños. El padre Borges en uno de sus discursos, al referirse a la patria, preguntaba: “¿Qué es la patria?”. Y se contestaba: “… Un pedazo de tierra bajo un pedazo de cielo. El suelo en que nacimos y el cielo bajo el cual queremos ser enterrados…”.

En Guama, nuestra patria chica, nace nuestra Dignora Hernández, una mujer política, idealista, que sueña con un mundo mejor y lucha por ello. Dedicó su vida a la política y lucha por sus ideales. Es un ser sencillo, sano, puro, pulcro y bien intencionado. Cometió el delito de salir a la calle, proclamar su manera de pensar, hacer oposición al Gobierno dominante en Venezuela y esto hoy es un pecado.

Dignora cumplió un año más de vida. Pasó su cumpleaños detenida por el Gobierno de turno. Se ubica en la oposición democrática venezolana y quería decirle que:

Te recordamos desde tu Guama,
nuestra Guama, al pie de la Sierra de Aroa. Esa azul escenografía que decora nuestro lindero norte, donde la tierra se confunde con el cielo y se recibe la bendición de Dios.
Sí, Guama, donde el río baja torrentoso y se precipita desde las alturas y cae al sur en este Valle de Las Damas que impresionó a Welser, a Federman, y constituye el oasis de paz, democrático y sagrado que inspira este mensaje. Un valle de fértiles tierras que, al ser humedecidas por sus aguas santas, hace germinar la semilla que nos brinda el sustento diario.
Desde la sombra de centenarios árboles.
Desde este sitial donde no practicamos el odio, ni la injusticia.
Desde este territorio de paz y concordia, donde nos amamos y amamos a nuestros hijos y tú, eres uno de ellos.
Con nuestro profundo amor, con optimismo, afirmamos que te queremos.
No estás sola.

Eres, al decir del hijo de Dios, una persona que padece sed de justicia. Eres especial. Te conviertes en la guameña que ha estado detenida más tiempo por razones políticas. Aquí, no conocemos un caso similar desde el gobierno del general Juan Vicente Gómez.

La alegría y la libertad, si existen en la Tierra, hay que buscarla. Lo estamos haciendo. La encontraremos y la haremos regresar. Somos más que lo que el general Páez, calificaba como: “… la queja de un alma doliente que mira perdida por siempre su paz”.

No dejemos de cantar. Recuerda el Himno de la Alegría. Soñemos el nuevo Sol. Volveremos a ser hermanos. La luz de la libertad, volverá a iluminar tu vida y la de tus compañeros hoy, también arropados por la injusticia. Hago un alto en nuestra vida diaria para desearte, ¡Bienaventurada, hayas tenido un feliz cumpleaños. Dios te bendiga!

Leer también: Aquellos sábados en la mañana

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