
*Estados Unidos y Venezuela: La relación entre los dos países, parece estar destinada a la conflictividad retórica, a hablar de negociaciones hoy, pero a subir la complejidad de la relación mañana, o a ponerle obstáculos prácticamente de confrontación. Hoy, y a pesar de que se renovó una licencia de operaciones para Chevron, las relaciones diplomáticas en cuestión parecen llegar a un punto caótico, en donde ya han estado con anterioridad y no se ha producido nada bueno, por lo menos para Venezuela; vaya uno a saber la ganancia o ventaja de Estados Unidos con esta situación. ¿Hay sectores políticos que apuestan por esta conflictividad? Seguro, aunque no lo digan. Tampoco entiendo que pueden ganar estos sectores extremos.
*La muerte del senador Uribe: Colombia parece estar retrocediendo en manos de Petro, bajo un liderazgo surrealista, desfasado y a veces paradójico. La muerte por un atentado de un candidato presidencial enciende las alarmas de todos los años de confrontación que fueron superadas en su momento, pero que hoy se vuelven sobre el país vecino, como una sombra de muerte y desesperanza. Un gobierno que se aísla en sus propios objetivos y se dedica a hacer política, de la mala, y no gestión, obtiene resultados como los que estamos viendo. La época de los atentados, de los secuestros, de la guerra interna, debería ser época superada y asimilada por una sociedad que la sufrió por casi cincuenta años. Preocupante.
*Sin resolver: El lema de la campaña del PSUV fue “gente que resuelve”, aunque sabemos que eso varía mucho de acuerdo al caso. Lo que sí parece que no se resolverá nunca es ese desastre operativo de Corpoelec, el cual cada día es más dañino y continuo. Entre el día martes y jueves, ocurrieron en la zona donde resido, al menos 30 bajones de voltaje y unos 6 apagones de diferentes duraciones. Un costoso equipo de almacenamiento y protección sufrió los embates de esta desidia y, ante eso, nadie responde. Yo no creo que el problema del SEN sea algo que no tenga solución, aunque sea tratado así. Pareciera, sí, que es un tema de prioridades y que entre los principales temas a solucionar no está el de la electricidad.
*Caos en el centro: Celebro que la Alcaldía capital encabece un plan de reordenamiento vial en todo el centro de San Felipe, toda una necesidad. Sin embargo, hay varias consideraciones al respecto, a manera de datos y aporte. En los últimos tiempos, se ha hecho costumbre que quien tenga un vehículo ocupe una ruta y la opere sin los controles, permisos y procedimientos correspondientes. Interesante sería hacer un censo a la par del reordenamiento y decidir, siendo el caso, lo que sea más conveniente a los intereses de la ciudad. También está el poco respeto que por las paradas tienen los transportistas, cosa que se debe corregir con severidad, con dureza, en mi opinión, con una buena multa y la retención de la unidad hasta el pago de la misma. Sobre las motos, nos falta espacio, pero también tenemos propuestas.
*Motos desastrosas: En lo últimos tiempos, hemos visto como en Yaracuy (desconozco si en otros estados también), el número de accidentes en motocicletas se ha disparado aritméticamente, lo cual debería ser motivo de políticas preventivas al respecto. Sin embargo, el tema de la responsabilidad al conducir una moto es casi un tema personal, social, cultural, de formación. No tengo información de cómo es el examen para obtener la licencia para manejar una moto, o si al menos hay un examen. Lo que sí veo es que muchos motorizados circulan sin casco, con dos acompañantes, con niños sin protección, en estado de ebriedad y pare de contar. Esto puede pasar inclusive frente a puestos de control policial sin que tomen cartas en el asunto. El tema, por tanto, apunta a una anarquía generalizada que parece dominar nuestras vías y condena a los motorizados responsables y conductores de vehículos a andar a la defensiva.
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