Alfredo Barillas Araujo
Entonces, “yo soy el que soy”. En esta oportunidad he decidido abordar el tema del servicio como aspecto fundamental en las operaciones de rentabilidad de cualquier empresa, y que generalmente adolecen muchas de ellas por diferentes causas, entre las que debo mencionar la falta de competencia de los empleados frente al cargo que ejercen los trabajadores “accidentados”; es decir, aquellos que agotaron las demandas laborales correspondiente a su oficio o profesión natural y toman cualquier otro empleo donde su desempeño, lejos de ser eficiente se convierte en obstáculo en el proceso, además de pérdida de tiempo y dinero.
Es importante destacar que no en todos los casos funciona así, debido a que la educación alcanzada profesionalmente nos sirve de apoyo o base en la construcción de nuevos proyectos.
La oficina de recursos humanos es indispensable para evitar y filtrar ese tipo de desacierto, y tener como norte la contratación de personal con el perfil idóneo a la visión y misión de la unidad productiva; siendo así, debemos entonces velar y cumplir estrictamente con nuestras obligaciones.
Ahora bien, “lo que es bueno para el pavo lo es también para la pava”, cuando nuestra ley laboral señala que “los derechos son inalienables” quiere decir que son inexpugnables o naturales.
El derecho de admisión en cualquier empresa habla por sí solo, luego este tipo de licencias no le da el aval a cercenar el derecho de los trabajadores, humillaciones y violencia verbal entre otros, con la excusa de “si no estás de acuerdo allí está la puerta”.
De allí que este tipo de actitudes no inspiradoras e intimidades, que viene dado por pseudos gerentes producto a su falta de preparación profesional de su área laboral, además de ignorar a conciencia las consecuencias negativas e irreversibles que económicamente afectan el patrimonio de la empresa.
Si al momento de la contratación y reclutamiento de personal, se entiende la capacidad de adaptación y el conocimiento firme de ubicación, deberes y normas a cumplir de manera explícita frente al cargo previsto, evitaremos desasosiego, conflictos y que aumente la rotación del personal.
Les dejo esta interrogante para su evaluación: Si la persona contratada no hace bien su labor… ¿Quién es más incompetente, el trabajador o el jefe que le contrató?
La pasión en el servicio, es el gran desafío de las unidades de producción; un cliente puede que vuelva por precio, pero no por mal servicio. Detrás de una gran empresa, existe un gran equipo de trabajo.
Hasta otra travesía…
