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viernes, noviembre 22, 2024
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Cuarto Oscuro: País de leyes, juego electoral y otros detalles…

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Luis Martínez

La mega expoliación: Injusta una ley que obligue a los empresarios a reponer lo que por mala política de gestión pública se destruyó, como lo es todo el sistema de seguridad social para los pensionados. No es dádivas como el Clap ni con impuestos voraces, y menos con mayor carga burocrática, que se podría reivindicar a nuestros adultos mayores. ¿Es difícil el asunto? Mucho, pero se agrava cuando solo es la visión asistencialista y populista la que se impone. La calidad de vida del venezolano, destacando la ignominia en la cual viven los pensionados, es algo indescriptible y de complejas implicaciones que no se resuelven ni por decreto ni en corto plazo. Un paso electorero apenas, una bolsa de comida como si fuese eso solución de algo, un nuevo yerro dentro del inventario de la destrucción nacional.

Ganar de jeta: No soy temeroso de la política de la cancelación, ni mucho menos, pero es necesario destacar una sobrecarga de fanatismo en un sector de la oposición venezolana que hace prácticamente imposible que se pueda hacer un análisis de las deficiencias de la campaña electoral del candidato de la MUD y de los retos que implica su corrección. Una campaña despersonalizada puede tener eco en un sector fanatizado, pero habrá un elector más consciente que quiere saber de ideas y de soluciones concretas. También, el tema de la organización es fundamental. Las elecciones no se ganan con actos de calle ni con cajas digitales de resonancia en las redes sociales, sino con una maquinaria robusta, que pueda defender la votación a favor en cada una de las mesas electorales. Alertar que hay estas privaciones fundamentales no puede ser respondido con la etiqueta de madurista, con negación, aunque se entiende la polarización. En resumen, las elecciones no se ganan solo con las ganas ciegas.

Siempre la economía: El tema económico es la esencia de nuestros problemas. Más que los cascarones vacíos de las consignas políticas, las graves condiciones de nuestra calidad de vida son el eje central de la realidad. Pírricos aumentos de sueldo, o arrancar más dinero a los empresarios para pagar las obligaciones sociales no son solución de forma alguna. El dólar revela hoy un diferencial que ronda el 10 % entre el valor oficial y el paralelo, creando una distorsión de precios que terminan, como indican las cifras oficiales, con más inflación. La forma ortodoxa y represiva de llevar adelante la economía no resulta, y a las pruebas hay que remitirse.
Por más que se hable de crecimiento, que es una cifra discutible, como de aumento del 98 % de la cartera de créditos, -más cuestionable aún este número-, eso no representa en la práctica ninguna mejora para el venezolano. Si la apuesta es la mejoría de las condiciones generales de la sociedad, debe debatirse con apertura y seriedad estas características distorsionadas de la gestión económica.

Otras encuestas: Hay para todos los tipos de público, pero quiero referirme a una generalidad sobre las mismas. El efecto disuasivo de los estudios de opinión parece haberse perdido con la seriedad y la rigurosidad de los mismos. Una encuesta de opinión en la red social X o Instagram no significan nada en la realidad. Es como votar por una canción durante un programa de radio. No obstante, eso no quiere decir que no haya encuestas serias que muestren, en mayor o menor grado, como estaría la preferencia de voto. En esas encuestas, hay una diferencia significativa a favor del candidato de la MUD Edmundo González, pero en el segmento partidos, el PSUV tiene una valoración superior a la suma de todos los demás partidos juntos. Esto significa que la maquinaria roja, aún no estando en su mejor momento, tiene mayor peso de acción que los partidos opositores. La campaña de Edmundo es muy floja, muy light, y no puede basarse solo en un “voten por él”, o en la visión de que “la manito” supera todo per se. Cuidado con el triunfalismo que nace del fanatismo.

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