Culminó este año un ciclo olímpico más nuestra guerrera yaracuyana del levantamiento de pesas Náryury Alexandra Pérez Reverón, cerrando con un hito histórico su trabajo deportivo tras convertirse en la primera fémina venezolana en asistir en tres oportunidades consecutivas a unas olimpiadas y lo hizo contra toda adversidad y gracias a que nunca se dio por vencida.
«Ya por lo que resta del año no voy a a estar en competencias», señaló la sanfelipeña refiriéndose a su ausencia a los Juegos Bolivarianos de Ayacucho que iniciaron este jueves #28nov en Perú. «Tendré un descanso activo para luego comenzar el nuevo ciclo olímpico en forma«, en vista a que en este deporte hay que cumplir un riguroso cronograma de entrenamiento diario para no perder el performance.
Pérez este año asistió al Campeonato Panamericano de Mayores y Clasificatorio a París 2024 en Caracas ubicándose en el segundo lugar de su división 87 kg, luego participó en el Campeonato Mundial de Phuket, Tailandia, clasificatorio también a las olimpiadas donde se ubicó sexta con 119 kg en arranque con récord nacional y en envión 148 kg para ubicarse en la sexta posición con 267 kg y sellar su pase a la cita olímpica donde finalmente quedó octava.
La mayoría solo se fija en las medallas para determinar el éxito de un atleta, pero estar entre las siete y ocho primeras del orbe en dos olimpiadas consecutivas se constituye un éxito para cualquier deportista, porque se habla de al menos 12 años de preparación afrontando tres ciclos olímpicos y son pocos los deportistas que tienen esa constancia y fortaleza para no permitir rendirse.
Y es que Náryury con 32 años, ya lleva 20 en el mundo de las pesas en los que ha afrontado lesiones de todo tipo, sin embargo, no se ha rendido y ha ganado todo tipo de medallas panamericanas, suramericanas, centroamericanos y bolivarianas…y solo le falta concretar su sueño de una presea olímpica y ha decidido volver a intentarlo.
«No llamaría a lo que me ha pasado dificultades, sino tropiezos en el camino, cada ciclo olímpico tiene su complejidad, y de cada uno de ellos he aprendido a ver la parte positiva», dijo. «Gracias a Dios siempre persevero, estos tropiezos me han hecho ser resiliente durante mi carrera deportiva», expresó.
«La lesión más fuerte que tuve fue en los pasados juegos centroamericanos cuando me encontraba en mi mejor forma«, señala la yaracuyana, refiriéndose a la lesión de su codo. «Gracias a Dios no fue de gravedad y logré recuperarme de manera satisfactoria y pude asistir a los juegos panamericanos», dijo. «Este último ciclo fue corto y tuvimos muchas competencias seguidas», agregó la atleta que aunque en temporada de descanso deberá entrenar toda la semana pero solo ejercicios de fortalecimiento.
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«Mi meta ahora es hacer este ciclo olímpico de la mejor manera y lograr ir nuevamente a los juegos olímpicos y poder dar el 100% de mi«, dijo.
-¿Que te impulsa a seguir adelante?… «La pasión y el amor por mi disciplina, desde la primera entrevista que me hiciste cuando era pequeña te dije que mi mayor sueño era ir a los juegos olímpicos y siento que aún no he podido dar el 100% de mí en ese escenario. Aunque si me llena de orgullo haber hecho historia en mi disciplina», apuntó. Actualmente Náryury vive más en Caracas que en San Felipe por su preparación y su rutina diaria incluye pasear a su perro maltés blanco Tokyo, desayunar y salir al gimnasio.
Derling Graterol: Náryury es una guerrera
«Náryury se resintió el codo en los pasados juegos olímpicos y debió guardar reposo médico, luego hacer terapia física y entrenar en un periodo de adaptación por ello no fue a Ayacucho», señaló su entrenadora en Yaracuy Derling Graterol.
«El pasado ciclo olímpico fue muy difícil, veníamos de lesión tras lesión y eso no es solo la afectación física sino psicológica y emocional. ¿Tanto trabajo y el cuerpo no te permita avanzar?. Pero luego Náryury entendió que solo era un piedra en el camino, un percance que había que reparar y no quedarse allí, y ella avanzó de una manera significativa, de la mano del entrenador de la selección nacional Hugo Vargas».
«Después en los centroamericanos en la ejecución de ese último envión vino esa lesión en el codo totalmente inesperada y tocó de nuevo empezar de cero para buscar la clasificación en un terreno muy exigente y complejo, pero a pesar de la lesión ocupó una muy buena posición».
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«Luego vino el preolímpico en Venezuela donde mostró una gran actitud competitiva, fue maravillosa su actuación. Fue un año 2024 donde ella comprendió que no se trata de competir para complacer y hacer feliz a los demás se trata de que tú disfrutes en la competencia, porque eres tu quien entrenas, eres tú quien se rompe las manos con la barra, quien sufre las lesiones, los dolores musculares, la presión, el estrés, el agobio del compromiso y la responsabilidad de lograrlo y que eso lo vive es el atleta», dijo
«Náryury se dio la oportunidad de disfrutar y de vivir para ella sin tomar en cuenta a los demás, hacer lo que tenía que hacer para sí misma y el resultado es que en el campeonato mundial compitió de manera combativa, guerrera y luchadora como es ella, una niña que a pesar de las adversidades se exige, se propone objetivos y avanza. Llegar a las olimpiadas fue un objetivo difícil y lo logró», apuntó.
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