Todo parece indicar que a los cinco adolescentes que están detenidos en las protestas tras las elecciones del 28 de julio les van a dar clases a distancia. En tal sentido, representantes del Centro de Desarrollo de la Calidad Educativa (CDCE), antes Zona Educativa, en Yaracuy acudieron este #3Octubre al Centro de Coordinación Policial (CCP) Juan José de Maya, en el municipio San Felipe, donde estos jóvenes están detenidos el 30 de julio por las protestas ocurridas en la entidad.
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El propósito es conocer la condición en las que habitan y tratar de articular métodos para que puedan continuar estudiando.
Las autoridades conversaron con el comandante del CCP sobre la situación y también con el jefe de la Comandancia General de Policía, a quienes le plantearon ofrecer estudios a distancia a los menores y que puedan otorgar permisos para que los adolescentes pueden tener cuaderno, lápiz y lo que requieren para cumplir con las tareas asignadas.
Se espera entonces que las autoridades policiales puedan dar respuesta favorable en el transcurso de la semana siguiente para el beneficio de cuatro de los adolescentes.
El detenido en Boraure, municipio La Trinidad, debería comenzar a cursar sexto año, el de 14 años capturado en San Felipe inicia el cuarto grado porque recién había regresado de Colombia y allá no estudiaba.
De los tres menores de Cocorote: el de 15 quinto año, el de 17 cuarto año y otro de 17 ya es bachiller y fue asignado por la Opsu para estudiar en una universidad pública en el estado, pero en la misma no aceptaron que los padres lo inscribieran porque le exigen el tipo de sangre y por estar detenido no le han podido realizar el examen, sin esto no concretan el proceso.
Vale señalar que los representantes del CDCE decidieron acudir al CCP luego que uno de los padres de los adolescentes les hiciera la solicitud, pues le preocupa la situación de su hijo y el tema de los estudios.
Recordemos que los cinco adolescentes fueron detenidos en diferentes municipios, padres insisten en que son inocentes y exigen justicia porque consideran que son acusados de unos delitos que no cometieron: terrorismo e incitación al odio.
“Todos son inocentes, ninguno estaba protestado. Algunos regresaban de jugar fútbol, otro beisbol y uno se dirigía a la casa de la novia”, dijeron los familiares de los menores.
